Propablemente sean las mejores galletas que he probado nunca. Su textura suave y su sabor a mantequilla y cacao se funden dulcemente en el paladar.
Las probé por primera vez cuando una compañera de trabajo las trajo a la oficina por San Valentín y no me pude resistir a hacerlas yo unas semanas más tarde. Esta receta tiene algunas variaciones con respecto a la receta original. Principalmente en la cantidad de azúcar utilizada pues ya son dulces de por sí y con tanta azúcar quedaban muy empalagosas.
Ingredientes
- 200 gramos de harina de trigo para todo uso
- 20 gramos de cacao en polvo sin azúcar
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de sal
- 115 gramos de mantequilla sin sal, ligeramente fría
- 120 gramos de azúcar
- 1 huevo
- 15 mililitros de leche
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla
- Colorante rojo para alimentos (al gusto, echar y mezclar hasta ver cantidad exacta)
- 170 gramos de chips de chocolate (o chocolate cortado en trocitos)
Elaboración
- Unir en un bowl la harina, el cacao, el bicarbonato y la sal. Remover con una cuchara de madera y apartar.
- Colocar la mantequilla y el azúcar en un bowl apto para batidora, batir a velocidad media - alta por 3-4 minutos, hasta que la mezcla se vea de un color amarillo claro. Añadir el huevo y la vainilla batir por 2 minutos.
- Luego, añadir a la mezcla anterior la leche y el vinagre. Batir en velocidad baja hasta incorporar.
- Comenzar a agregar los ingredientes secos, cucharada a cucharada y batiendo lentamente. Cuando se hayan incorporado por completo, agregar el colorante y batir en velocidad media - baja hasta que el color se haya distribuido por toda la masa (es importante limpiar las paredes del bowl para que el color se distribuya uniformemente).
- Añadir las gotas de chocolate y batir justo hasta que se hayan distribuido por toda la mezcla.
- Envolver la masa en film plástico transparente de cocina y llevar al congelador por 40 minutos (hasta que la mezcla se haya endurecido).
- Precalentar el horno a 170 grados centígrados. Preparar una bandeja de hornear con papel de horno.
- Hacer bolitas con la masa. Enfriar estas bolitas por 5 minutos en el congelador. Colocar las bolitas ya congeladas en las bandejas previamente preparadas (con al menos 5 centímetros de separación entre ellas) y llevar al horno por 11-15 minutos (hasta que la superficie de las galletas se vea seca). Dejar enfriar en la bandeja por 5 minutos antes de llevar a una rejilla de enfriado para dejarlas ahí hasta enfriar por completo. Si las bolitas salen del horno muy redondas (y no se han bajado mucho) pueden aplastarse un poquito con los dedos o con una espátula, pero deben tener en cuenta que al sacar del horno se van a expandir un poco más.
- Mantener en un envase hermético y en un lugar fresco y seco.